En agosto de 2013 publiqué una nota titulada La grandeza de
una sociedad la determina la forma en que se trata a los necesitados. La misma
se basaba en el hecho que muchos beneficiarios de los planes sociales no habían
terminado su educación primaria y la mayoría no habían cumplimentado su
educación secundaria. Por ello me preguntaba, ¿por qué no exigirle a todo
beneficiario de un plan social que retomase su educación como requisito para
cobrar la asignación? Imaginemos si se hubiese implementado algo así por ese
entonces. ¿Cuántos menos ciudadanos dependerían hoy en día de un plan social?
Hoy, casi cinco años después, la ministra de Desarrollo
Social, Carolina Stanley, aseguró que más del 60% de las personas que cobran
planes sociales no terminó el colegio secundario, por lo que su cartera trabaja
en una iniciativa para que todos los beneficiarios completen sus estudios,
estableciendo la educación como un requisito obligatorio para cobrar la
asignación.
La iniciativa no puede ser más auspiciosa, representa un
paso formidable en contra del asistencialismo que condena a muchos compatriotas
a transitar por la vida sin expectativa alguna.
Como remarqué en aquella lejana columna, en palabras de
Benedicto XVI, en su Encíclica Caritas in Veritate, el estar sin trabajo
durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o
privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones
familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual.
¿Cómo evitarlo? Juan Pablo II nos provee la respuesta en un
discurso pronunciado en Santiago de Chile, ante los delegados de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe, en 1987: "El trabajo estable y
justamente remunerado posee, más que ningún otro subsidio, la posibilidad
intrínseca de revertir aquel proceso circular que habéis llamado repetición de
la pobreza y de la marginalidad. Esta posibilidad se realiza, sin embargo, sólo
si el trabajador alcanza cierto grado mínimo de educación, cultura y
capacitación laboral, y tiene la oportunidad de dársela también a sus hijos. Y
es aquí, bien sabéis, donde estamos tocando el punto neurálgico de todo el
problema: la educación, llave maestra del futuro, camino de integración de los
marginados, alma del dinamismo social, derecho y deber esencial de la persona
humana". El mensaje es contundente, educación es la respuesta.
Hoy, el gobierno de Mauricio Macri está dando un paso
significativo en la dirección correcta. Retornando una vez más a aquella nota
de 2013, en palabras del Papa Francisco, "la medida de la grandeza de una
sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más
necesitado". La iniciativa anunciada por Carolina Stanley puede
transformarse en un hito en el proceso de transformación que la Argentina
requiere. De efectivizarse en la práctica sería en un todo consistente con
aquella sentencia del Papa Francisco.
Fuente: cronista.com
Por: Eduardo Zablotsky
Y como haríamos la personas que trabajamos todo el día????????
ResponderEliminarHola yo pertenesco ase plan pero tengo secundario
ResponderEliminarY las madres q tienen los chicos chiquitos ...los dejamos en Anses en tiempos de estudio?
ResponderEliminarYo tengo un nene d 2 años y una bene d 5 como ago para tranmitar la targeta
ResponderEliminar